En pos de la teoría de punta


balance

 V. BALANCE

 

No obstante de que el mundo ha dedicado cien años platicando sobre el problema del narcotráfico y a pesar de que ha transcurrido cerca de 50 años desde el inicio de la Convención de la ONU sobre Drogas y 40 años de que el presidente Richard Nixon declarara la 'Guerra contra las drogas', el resultado ha sido el de una política antidrogas fallida en razón de que de ella se han derivado políticas y estrategias guiadas fundamentalmente por conveniencia política en la que  EEUU ha exportado su guerra condicionando su asistencia económica y beneficios de intercambio, y que convive con sus intocables 37 paraísos fiscales, con oficinas de la DEA, dedicadas al espionaje, a desestabilizar y conspirar contra los gobiernos, y en las que ha prevacido incluso la extradicción de narcotraficantes sobre el enjuiciamiento a graves violadores de derechos humanos. Ha sido una política fallida pese también a las enormes sumas de dinero invertidas en la interdicción al tráfico con la represión a la producción y la interdicción al tráfico [1]  que no han conseguido siquiera mejorarlo al estado en que se encontraba a principios de 1998, cuando la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas en su 51º período de sesiones se fijó el plazo de 10 años para finiquitarlo. Y la política de criminalización al consumo lleva dos décadas haciendo énfasis en la prohibición y la represión con resultados ínfimos, lejos de lograr reducir su disponibilidad. Es por eso que la extensión en el tiempo de planes como el "Plan Colombia" y la aplicación de nuevas iniciativas en nuevas regiones como el "Plan de Acción contra el narcotráfico" en Centroamérica para 2009-2011 y particularmente el "Plan Mérida" [2] se constituye en síntoma inequívoco de que en realidad el narcotráfico, las drogas, las mafias y el crimen organizado se han fortalecido y la producción de las sustancias psicoactivas aumenta o se han sostenido:
 
- El narcotráfico se ha convertido casi que en exclusiva fuente de ingresos e instrumento de ascenso social para los sectores marginados de la sociedad donde prolifera la debilidad y la corrupción institucional y el abandono estatal de las políticas sociales: Los agricultores afganos dedicados al cultivo de la amapola representan 12,9% de la población rural, y se ha convertido en sustento para 248.700 familias afganas.
 
- El mercado mundial (tráfico) de drogas ha crecido de forma permanente. El suministro de drogas ilegales no decrece.
 
- Se consolida el narcotráfico en los países del Cono Sur: Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.
 
- Los cultivos de coca ilegal han aumentado 16% en la región Andina en promedio respecto a 2006 alcanzando una superficie total de 181.600 hectáreas y la producción potencial de cocaína se sitúa en 994 toneladas, 10 toneladas más que las 984 calculadas en el año 2006; El mercado Europeo y Norteamericano se encuentran saturados y sus precios por el suelo; En Colombia las principales metas del "Plan Colombia", al igual que las de los programas de erradicación, o resultan disonantes frente a la proporción de recursos invertidos o no se han cumplido toda vez continúa siendo el primer cultivador de hoja de coca y el mayor productor mundial de cocaína con un incremento del 27% de sus cultivos registrando 99.000 hectáreas con lo que asegura las 640 toneladas métricas anuales en promedio de cocaína para suplir la demanda, [3] seguido en segundo lugar por Bolivia con un incremento del 5% de sus cultivos alcanzando las 28.900 hectáreas con la que obtiene una producción estimada de 94 toneladas de cocaína, y en tercer lugar Perú con un incremento de 4% alcanzando las 53.700 hectáreas con las que cosecha 110.000 toneladas de la hoja anualmente y produce 290 toneladas de cocaína.
 
- Las roles y las diferencias entre países y regiones productoras y consumidoras de droga desaparecieron, cambiando el paradigma entre unos y otros:  En Europa hay hoy países productores de metanfetaminas, otros que son centro de tránsito y al mismo tiempo, de consumo; Centro américa en grados distintos se ha ido convirtiendo de zona de tránsito en países que cultivan, trafican y consumen la droga; Canadá se ha convertido en un importante fabricante y exportador de éxtasis; Perú ha vuelto a convertirse en el primer país cultivador y productor de coca ilegal y de clorhidrato de cocaína y ha pasado de producir y exportar pasta básica a la de exportar cantidades industriales de cocaína; Argentina paso de ser un país únicamente tránsito del narcotráfico a ser también productor de cocaína, marihuana, efedrina y exportador de cocaína: Los centros de producción de drogas sintéticas y cocaína fueron ubicados por los carteles mexicanos en la zona norte en las provincias de Chaco, Formosa y Misiones, mientras que su manejo patrimonial y de inversiones se focaliza en Buenos Aires y en provincias de  Santa Fe y Córdoba; Bolivia paso de ser fundamentalmente cultivador a puente de la droga hacia Brasil, Paraguay y Argentina la cual generalmente es comercializada en  Europa y Estados Unidos; Estados Unidos pasó de simple consumidor de cocaína y marihuana a importante productor de marihuana; México empieza a convertirse en cultivador de coca y productor de cocaína; Guatemala se ha convertido en el mayor productor de amapola en América; Afganistán cultiva ya tanto cannabis como Amapola;la manufactura de metanfetaminas y sustancias del grupo del éxtasis fueron transladadas de EEUU a México y de México a países de Centro y Sur América; África occidental se ha convertido en uno de los centros del mundo para el tráfico de cocaína desde América del Sur a Europa.
 
- La tecnología ha permitido un mayor rendimiento en la producción de cocaína a partir de la pasta base: Un giro tecnológico en la producción de pasta y clorhidrato dado en 2008 en Bolivia a partir de la popularización del método de producción colombiano permitió la obtencion de más cocaína, hasta el doble, con menos pasta base y en menos tiempo.
 
- El cultivo ilegal de amapola alcanzó en el mundo 235.700 hectáreas en el 2007, casi la misma superficie que hace 10 años, pero la producción ilegal de opio y heroína se duplicó pasando de 4.346 toneladas en 1998, a 8.800 en 2007. Afganistán continúa siendo el primer país cultivador de amapola y el mayor productor de opio. Sus cultivos ha aumentado un 59% cubriendo 165.000 hectáreas las que producen 6.100 toneladas, seguido por Birmania (Myanmar) [4]. Guatemala se ha convertido en el mayor cultivador de amapola en el continente americano seguido por México, y en el tercero a nivel mundial mientras que los sembradíos de Perú estan en franco crecimiento y expansión y refina heroína.
 
- Marruecos continua siendo el principal cultivador de marihuana y USA ha dejado su posición de simple consumidor a convertirse además en el segundo más importante cultivador.
 
- La producción de drogas sintéticas, metanfetaminas, y las sustancias de la familia del éxtasis que utiliza la pseudoefedrina pero principalmente la efedrina su principal precursor procedente de India y China o en su defecto su sustituto químico el acetato de N-acetilpseudoefedrina, se ha trasladado en el año 2003 de Europa occidental a Estados Unidos y desde allí traslada a México desde donde abastece al mercado norteamericano, y más recientemente el grueso de la manufactura y tráfico de estas se ha desplazado a América Central y del Sur concretamente a Argentina.
 
- En general las instituciones democráticas de Brasil, Colombia, México, Italia, Guatemala.., están o controladas o bajo la amenaza de poderosos cárteles del narcotráfico o de las organizaciones criminales vinculadas a él, convirtiéndose en una amenaza para la seguridad, la democracia y la estabilidad, u ocasionando en el mejor de los casos crisis política local. Dominan parte de la economía de sus respectivos países; pugnan entre si por el mercado y las rutas de trasiego de drogas; infiltran al Estado intentando hacerse cargo del poder y capturar sus rentas; contaminan las estructuras “democráticas”; hacen connivencia con el poder; crecen internamente, se expanden enormemente a otros países, recrudecen su violencia, y se fortalecen. [5]
 
- Los carteles adoptan estructuras organizativas más complejas y presentan una enorme capacidad de renovación debido a que el problema de las drogas es multicausal y a que permanece funcional la base social de los grupos criminales: Tras el colapso en los 90s de los grandes conglomerados colombianos (Medellín y Cali) que en su momento integraban la totalidad del proceso, desde la compra de pasta base en el Guaviare hasta la venta al menudeo en Nueva York, los carteles mexicanos logran supremacia y le asignan a la mafias colombianas la administración de capitales para que los inviertan en cultivos y procesamiento en Colombia, Perú y Bolivia desde donde conseguirán la exportacción de cocaína a Europa, Estados Unidos, África y Asia; Del resultado final obtenido de los golpes ocasionados a los grandes carteles del narcotráfico ha sido la fractura de los carteles madre y la conformación de  múltiples minicarteles experimentados sin que se haya conseguido diezmar su poder: En Colombia surgieron Los Urabeños, Los Rastrojos, Los Paisas; en México surgieron El Cártel de Jalisco, el Cártel Independiente de Acapulco, La mano con ojos, La nueva administración, La Resistencia, y las bandas de La Barbie y su suegro. Y tras el colapso de los grandes carteles transnacionales de un determinado país, se han originado estructuras de carteles nuevos y fuertes de otras nacionales (en los 90s surgieron los carteles mexicanos tras el colapso de los carteles colombianos de Medellin y Cali).
 
- Bajo el Nuevo Orden Mundial se presenta la globalización del narcotráfico, y la transnacionalización y especialización de sus bandas delictivas: Las mafias italianas se expanden. Los carteles mexicanos  han expandido sus tentáculos a 52 países cubriendo a toda América Latina y sus miembros incluyen a ciudadanos de distintas nacionalidades; Los Zetas de méxico se han aliado con las maras de Honduras, El Salvador, Guatemala;  Y los carteles se involucran en otras actividades ilícitas como robo de vehículos, secuestros, tráfico de armas o trata de personas. Y grupos como La Resistencia  se dedicadan fundamentalmente a la extorsión de narcomenudistas.
 
- Los carteles perfeccionan sus medios de trasiego: Del uso de aviones han pasado, desde 1993, a la construcción y uso de sumergibles y semisumergibles .
 
- El número de consumidores anuales de cannabis, cocaína, tabaco, opiáceos estimulantes de tipo anfetamínico, como la metanfetamina y el éxtasis, y de alcohol se ha mantenido estable por debajo del 5% de la población mundial. Aunque algunos países como Italia registra aumento en el consumo de heroína, cocaína y drogas sintéticas. La ONU ha calculado que entre 1998 y el 2008 el consumo de cannabis aumentó un 8,5% en el mundo, mientras que el de cocaína un 27% y el del drogas derivadas del opio un 34.5%.
 
- Rupturas con la concepción de la despenalización concebida bajo la óptica de la seguridad se impiezan a producir en varios países y a ser inscrita como posible solución al problema de la guerra contra el narcotráfico teniendo en consideración el fracaso y la insensatez de criminalizar a los adictos; los nuevos adelantos médico-científicos; y el contexto cultural; y dando apertura al debate sobre su legalización y la adopción de conceptualizaciones involucrando la separación entre sustancias y narcotráfico; entre estas y los consumidores; entre estas y los perjuicios;  y a determinar cómo, cuándo y por qué prohibir y/o permitir sin que signifique legalizar ni pactar con los carteles:
 
Desde los gobiernos de Austria, Argentina, El Estado de California, Honduras, México, y siguiendo los ejemplos de Canadá, Holanda, Portugal y una decena de Estados Norteamericanos, se plantea la despenalización al consumo y porte de dosis personal de cannabis. En otros países se aboga por la creación de un marco legal que reglamente sus plantaciones partiendo de una reivindicación cultural y económica (Bolivia, con la coca [6] y, Marruecos con la cannabis). Ahora el Gobierno mexicano emprendió un viraje en su lucha contra el narcotráfico que incluye el rehabilitar adictos. Incluso durante la 52 conferencia de Naciones Unidas desarrollada entre el 11 y 12 de marzo del 2009 algunos países plantearon la desclasificación de la hoja de coca de la lista mundial de estupefacientes. Otros, ingenuamente confundiendo droga con narcotráfico y algunos fungiendo de apologistas del narcotráfico (y su estructura criminal)  piden abiertamente su legalización o despenalización  argumentando que la penalización "afecta las instituciones democráticas" y "multiplica la adicción y sus consecuencias".
 
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NOTAS
 
[1] La Comisión Internacional del Opio, creada en China en febrero de 1909, se constituyó en el mundo en el primer organismo transnacional encargado de luchar contra el contrabando de narcóticos que dio origen al primer tratado contra el opio y el proyecto de declarar ilegal el consumo de drogas, teniendo como referentes el enorme consumo que le dejara las guerras del opio que enfrentaron a China con Gran Bretaña entre 1839 y 1842 y luego con Gran Bretaña y Francia entre 1856 y 1860.
 
[2] La Iniciativa Mérida es un plan a tres años para la lucha antidrogas en México, Centroamérica y el Caribe suscrito en marzo de 2007. Promovido por la administración de W. Bush; oscar Berger, entonces presidente de Guatemala; y el presidente mexicano Felipe Calderón, y prevé el aporte de Estados Unidos de 1.600 millones de dólares.
 
[3] La meta de E.U. al iniciarse el Plan Colombia, iniciativa creada en 1999 por los entonces presidentes de Estados Unidos y Colombia, Bill Clinton y Andrés Pastrana, era reducir en seis años un 50% las hectáreas cultivadas de coca existente, pero habiéndose invertido más de 4,7 millones de dólares y teniendo en consideración las cifras oficiales de los años 2006 con respecto a las de 1996 se evidencia que apenas ha habido incidencia en la velocidad de crecimiento de los cultivos mas no en su productividad. Y  el número de hectáreas dedicadas al cultivo de la coca ha ido aumentando de manera sostenida poniendo en entredicho la apreciación gubernamental del éxito del Plan:
 
Antes de 1996 la hoja de coca se cultivaba en solo 3 provincias; en 1996 se cultivaba 67 mil hectáreas en 12 provincias; y en el 2006, diez años más tarde, Colombia tiene 78 mil hectáreas, unas 11 mil hectáreas más de cultivo diseminadas en 23 provincias. Con el agravante de que se presenta una alta productividad debido a mejoras sustanciales en las técnicas de cultivo empleadas por los agricultores, a la plantación de nuevas variedades de arbusto de coca y a la mayor eficiencia de los laboratorios que en algunas zonas de departamentos se logran de 6 a 8 cosechas anuales y sus cultivadores pueden convertir hasta tres cuartas partes de su cosecha en pasta base! Se ha detectado el cultivo de una nueva variedad de planta de coca con una productividad sorprendente y resistente a las fumigaciones llamada Cuarentana.
 
Aun cuando es evidente el fracaso de la fase I del Plan Colombia como plan antidroga como tal, ejecutada entre el 2000 al 2006, y con énfasis en lo militar. Se planea pasar a la segunda fase bautizada "Estrategia para el Fortalecimiento de la Democracia y el Desarrollo Social" a desarrollarse a lo largo de los próximos seis años (2007-2013) y con ella se pretende consolidar los supuestos avances logrados con el Plan Colombia original y sin prever una reducción significativa en el gasto militar se hace énfasis en la inversión social, desarrollo alternativo, derechos humanos y atención a desplazados. La tesis de su Estrategia es que, para mantener el progreso, se requiere el desarrollo y la presencia del gobierno en los "territorios recuperados".
 
[4] Afganistán no ha parado el tráfico de drogas resultando improbable que la OTAN eventualmente pueda dedicarse en un futuro cercano a combatir la producción y tráfico del opio como es el deseo expresado por Naciones Unidas; y Colombia sigue incontenible exportando cocaína a Estados Unidos.
 
[5] La relación entre drogas y la institucionalidad se presenta sumamente compleja por distintos actores que de distinta manera y con distinto propósito luchan por conseguir la expresión y control político: Los segmentos sociales Latinoamericanos vinculados al cultivo de la coca y aquellos carteles que tienen al tráfico de drogas en general como el motor de su accionar terrorista.
 
Desde el 2006 y con la madurez ganada a través de la lucha reivindicativa, los cultivadores peruanos queriendo emular al MAS Boliviano capitaneado por un máximo dirigente de una de las federaciones de productores de coca (Evo Morales A), se han organizado por vez primera en partidos políticos, obteniendo escaños en la rama legislativa en aras de alcanzar la presidencia de la República en el 2011. Pero además el gremio cocalero se moviliza exigiendo la elaboración del empadronamiento nacional de cocaleros y el cese de las erradicaciones de los cultivos de hoja de coca hasta que sean empadronados.
 
Pero el panorama político generado por las mafias del narcotráfico se torna más sombrío ante los numerosos síntomas que terminan significando una seria amenaza para la democracia sin que se hayan aun convertido en un poder globalmente organizado:
 
- En Latinoamérica las mafias de Brasil, Colombia, Guatemala y México, para su beneficio propio  han estado invirtiendo esfuerzos para controlar la sociedad  y reconfigurar las distintas instancias de las instituciones de los Estados mediante la infiltración política y el control territorial trastocando los equilibrios de poder existentes: 
 
Los 7 carteles de la droga en México, y sus brazos armados como la de los Zetas del cartel del Golfo, formadas en los 90s por militares de élite que desertaron de los Grupos Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) y Anfibio de Fuerzas Especiales (GANFE),han ampliado sus actividades a prácticamente todo México incrustándose en todos los niveles claves de la estructura gubernativa, tienen ciudades donde han sobrepasado el poder del Estado, y se han ido convirtiendo en factor determinante en procesos electorales.
 
Bandas como el Primer Comando de la Capital de Sao Pablo; El Comando Rojo, la mayor organización criminal de Río, en Brasil, desde hace varios años afectan el tejido social facilitado por el control sobre numerosas favelas cariocas capitalinas. Y arremeten contra el estado de derecho e infiltran los entes de control del Estado.
 
En Colombia los carteles y su brazos armados, las AUC y las Aguilas Negras, grupo emergentes subproducto del fracaso  del proceso de paz y del frustrado proyecto paramilitar, permean de tiempo atras las entrañas de los partidos políticos, Congreso y los municipios donde ellos mandan y obtienen apoyo electoral mediante la intimidación. No es un exabrupto aceptar que sus estructuras democráticas estan contaminadas hasta el tuétano.
 
- Las tres mafias más importantes de Italia, La Cosa Nostra, la que supuestamente estaba puesta en cintura, La Camorra y La 'Ndrangheta calabresa, dominan parte de la economía italiana y la criminalidad internacional, siendo La Andrangheta calabresa la que ha estado creciendo desde principio de los 90s, hasta haberse convertido en la holding más potente del crimen organizado en el mundo.
 
- Las Maras, confederaciones de pandillas centroamericanas como la Salvatrucha ("MS" ó "M 13"), la 18 ("M 18") y 21 ("M 21"), conformadas en total por más de 100 mil miembros, son estructuras organizativas transnacionales, dinámicas, jerarquizadas y descentralizadas de las cuales depende el narcotráfico para la distribución de drogas al menudeo. Operan particularmente en 36 de los 50 estados de los Estados Unidos, México, El Salvador, Guatemala y Honduras. Se han ido extendiendo a España, Australia, Perú y el Líbano. Se dedican además al tráfico de armas, a actividades de lavado de dinero y a la violencia urbana.
 
[6] En Bolivia se empezó a revelar la compatibilidad entre la lucha antidrogas atacando la producción de cocaína, y la revalorización de la hoja de coca, ponderando su uso legal como forma de luchar contra el narcotráfico, con la participación efectiva de sus cultivadores y productores, agrupados en organizaciones tales como la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas en Hoja de Coca al Detalle, sin tener que recurrir al empleo de la violencia y respetando los derechos humanos, lo que le ha permitido la aplicación del “Reglamento de Circulación y Comercialización de la Hoja de Coca”, la reglamentación sobre el comercio legal de la hoja a los campesinos productores y minoristas y la puesta en marcha el estudio que podría establecer con precisión la demanda legal de la hoja buscando determinar el área que será empleada en su cultivo. 
 
La Unión Europea mediante un acuerdo suscrito a principios de diciembre de 2007 se ha comprometido en el apoyo al proceso de formulación de políticas públicas sobre la hoja de coca por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), con el objetivo específico de hacer acopio de información del consumo, comercialización e industrialización lícita y la productividad media por hectárea de la hoja de coca. El resultado del estudio permitiría aumentar de 12 mil a 20 mil las hectáreas de cultivos legales en todo el país. 
Y a pesar de que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE)  incluyó en su informe de 2008, presentado en el 51º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, un llamado a “abolir o prohibir” la práctica de masticar hoja de coca,“acullico”, práctica sociocultural, ritual y milenaria de los pueblos indígenas andinos,  con lo cual se prorogaría la prohibición vigente durante 25 años, ha entrado en un proceso de despenalización por petición del actual gobierno boliviano presentada en marzo de 2009 a Ban Ki Moon, Secretario General de las Naciones Unidas.
 
En junio de 2011 Bolivia optó por retirarse de la convención de Viena como consecuencia del rechazo al pedido hecho a Naciones Unidas para que modificara la Convención de Viena de 1961 que obliga a los países a eliminar la masticación de coca (la Convención de 1961, que constituye una herramienta importante para la lucha mundial contra el narcotráfico. Bolivia quiere modificar el artículo 49 incisos 1 c) y 2 e) de la Convención de 1961 modificada por el Protocolo de 1972 y ratificada en 1986, por el que se otorga a los países signatarios, entre ellos Bolivia, el plazo de 25 años que se computan desde 1986 para anular el conocido acullicu).